Cada día duran menos los productos que compramos. Se desgastan y se rompen antes. Esto es debido a lo que se conoce como "obsolescencia programada". Las empresas ponen caducidad a sus productos. Un ejemplo claro es el de las bombillas. Para asegurar la actualización por parte de los usuarios de bombillas, la empresas realizan éstas con materiales de inferior calidad para que tengan una vida de unas 1000 horas de uso.